Héctor y Pablo nacieron en tierras mendocinas, cuna del vino, y crecieron juntos en el seno de su familia. Unidos por los recuerdos y las mismas pasiones, desde el 2002 iniciaron su proyecto como pequeña bodega familiar y se convirtieron ambos en punta de lanza para una nueva generación de enólogos que consolidaron un camino de evolución en la vitivinicultura argentina.
Este vino nace en Barrancas, Maipú. En relación a cómo se vifica, tiene una maceración en frío durante 9 días a 7°C, luego una fermentación alcohólica con levaduras indígenas durante 22 días, fermentación maloláctica en tanques de acero. y un añejamiento durante 8 meses en barricas americanas. El vino no fue filtrado ni estabilizado para preservas las características naturales de la uva.
De color rojo rubí intenso con reflejos violetas. Aromas balsámicos, hierbas y sutiles notas de tabaco. Con un costado dulce en boca, taninos sedosos, buen volumen, final largo y un dejo mineral.